lunes, 14 de septiembre de 2009

EL DISEÑO INTELIGENTE.


El último día del siglo XX el mundo entero se echó a la calle para celebrar el fin de un siglo convulso, atroz y al mismo tiempo constructivo y tratar de mostrarse esperanzado entre copas de champán y fuegos de artificio ante el nuevo tiempo que se abría no sin la sombra del temor propagado por algunos gurús de la informática que habían vaticinado un cataclismo cibernético que paralizaría el planeta el primer día del siglo XXI.

No ocurrió así y en sólo estos primeros ocho años del siglo XXI la ciencia en todos sus campos está experimentando cambios de tal magnitud que revolucionarán y cambiarán muchas estructuras sociales con las que hasta ahora nos habíamos sentido cómodos.

Y es en la embriología, bioquímica, biología molecular donde los avances están abriendo tantas vías de conocimiento que hacen cuestionar la esencia de la vida, el origen del hombre, las religiones que estructuran el pensamiento como parte de la creación.

Podemos imaginar al hombre primitivo, atareado en su lucha feroz por encontrar alimentos con los que subsistir y hacer frente a la intemperie y las alimañas, recostarse a la entrada de su cueva en la oscuridad de la noche, subir los ojos hacia las estrellas y quedar maravillado en la contemplación del universo.

Para la cultura occidental la respuesta a las preguntas básicas sobre el origen de la especie humana se hallaban en la Biblia, esencialmente en el Génesis, estas ideas elaboradas y auspiciadas por el estamento religioso y muchas veces político de las sociedades se ha mantenido vigente hasta bien entrado el siglo XX.

Cualquier opinión en contra era tachada de herejía apoyada por la ciencia oficial sobre todo hasta el siglo XVIII . Hoy nadie puede creer honestamente que la mujer, Eva, fue creada a partir de una costilla del hombre, Adán. Pero en según qué países y en épocas oscuras de la edad media y el renacimiento cualquier discrepancia con lo establecido por la autoridad oficial podía llevar al tormento o la hoguera. El terror era la mejor arma para aumentar el número de los creyentes. Y aunque parezca increíble esto sigue vigente hoy en día en algunos países con religiones fundamentalistas.

Pero también hay que decir que la teoría creacionista ha dejado a través de los siglos las páginas más bellas de la altura espiritual a la que puede llegar el ser humano, místicos, poetas, pintores. Quién no se emociona con la música del Codex Calixtinus, Haendel o Mozart.

Cuando hablamos del pensamiento del hombre, de su búsqueda del origen de la vida, de las preguntas básicas sobre la creación debemos de ser respetuosos con los diferentes períodos en los que han vivido nuestros antepasados. Es fácil descartar y restarles valor desde la perspectiva de nuestros avances científicos y sobre todo de la libertad para pensar y vivir de que disfrutamos actualmente y por la que tenemos que seguir luchando cada día pues es un valor que la parte oscura del ser humano quiere siempre hurtar a sus congéneres.

Esta Teoría Creacionista sostenida por las religiones más importantes en los últimos veinte siglos se vio removida en sus cimientos cuando Charles Darwin publicó en 1859 su libro " El origen de las Especies " y su " Teoría de la Selección Natural ".
El libro de Darwin era la culminación de toda la evidencia acumulada en su periplo en el Beagle durante cinco años, desde Cabo Verde, Río de Janeiro, Buenos Aires, Patagonia, Malvinas, a Tierra del Fuego, Chile, Perú, Las Encantadas ( Galápagos ) Tahiti, Nueva Zelanda, Australia y Mauricio.

En él describe sus jornadas del largo viaje y da cuenta de todos los descubrimientos científicos que realiza en Biología, Geología y Antropología, recolectando una enorme cantidad de especimenes muchos de ellos nuevos para la ciencia, y más tarde añadiendo sus continuas investigaciones y experimentos.

El libro atrajo el interés de científicos y público en general por su fácil lectura y suscitó una enorme polémica al contradecir creencias religiosas, teorías biológicas y pensamientos filosóficos. Su teoría de la evolución ha ido cambiando desde que la enunció pero la selección natural permanece como el modelo científico más universalmente aceptado sobre la evolución de las especies.

Darwin recogió la idea que Lamarck había ya expuesto en su " Filosofía zoológica " de 1809. Según Lamarck los organismos vivientes han surgido por un proceso de evolución en el que unas especies se han transformado en otras diferentes. Los seres vivos al intentar adaptarse al medio en el que viven acumulan una serie de cambios sucesivos que dejan en herencia y que acabarían por dar lugar a una mutación de la propia especie. Darwin por su parte se queda con esta teoría pero indica que no responden a leyes necesarias sino que son fruto del azar y de ahí la formación de especies nuevas. La selección natural en la lucha por la vida impone la pervivencia de los más aptos.

La gran paradoja de los sistemas vivos es el de ser inmutables, porque son el teatro de fenómenos indefinidamente idénticos a sí mismos y cambiantes por fenómenos imprevistos que modifican el curso de las cosas. La herencia obedece a leyes : necesidad. La mutación se produce al azar. Ya en el siglo VII antes de Cristo Demócrito dijo que todo cuanto existe es fruto del azar y la necesidad.

La "Teoría del Diseño Inteligente" comenzó a manifestarse entre los críticos de la Teoría de la Evolución allá por los años ochenta. Michael Denton, un bioquímico australiano, puntualizaba que el mundo natural es tan complejo que no puede ser explicado por la acumulación de cambios fortuitos indicando que el entorno natural parece estar " diseñado " para sostener la vida.

Michael J. Behe en su obra Darwin´s Black Box: the biochemical challenge to evolution, pone de relieve que en la naturaleza existen sistemas tan sumamente complejos que no pueden explicarse por la acumulación gradual de pequeñas mutaciones aleatorias. Algunos de ellos requieren una estructura mínima para poder funcionar, si a un mecanismo complejo le quitas una pieza deja de ser funcional y se convierte en algo inservible.

La célula es un sistema biológico de base bioquímica irreduciblemente complejo conteniendo a su vez otros sistemas complejos. Algo que Charles Darwin, debido a las limitaciones técnicas del tiempo que le tocó vivir no pudo observar en detalle y de ahí que Behe diga que la célula es " la caja negra " de Darwin.

Dice Francis Crick, premio Nóbel y co-descubridor de la doble hélice del DNA que los problemas del origen de la vida en la tierra son de tal magnitud que se debería de considerar la idea de que unos extraterrestres hubieran mandado una nave a la tierra para sembrarla de esporas que dieran origen a la vida. Aunque esta afirmación es inusual también él propone una causa externa para el comienzo de la vida.

Para la mayor parte de la comunidad científica el Diseño Inteligente es una versión del creacionismo, un creacionismo anti-evolutivo que fijara la creencia en un creador determinado. Que realmente se trata de inculcar un ideal religioso no científico que desea promover la creencia pseudo científica y creacionista del llamado " Diseño Inteligente " y con ello no reconocer los descubrimientos científicos que corroboran la existencia de la evolución a través de la síntesis evolutiva moderna.

Para los que abogan por el " Diseño Inteligente " se trata de un esfuerzo para detectar el " diseño aparente " que se ve en la naturaleza, el producto de una causa inteligente, o simplemente el producto de un proceso no direccionado como la selección natural actuando sobre variaciones aleatorias.

El creacionismo está enfocado en la defensa de una interpretación literal del relato del Génesis. La teoría del Diseño Inteligente se muestra agnóstica no pretendiendo defender la literalidad del Génesis, la Biblia o cualquier otro texto sagrado.
Pero la polémica está servida una vez más, el hombre paralelamente a su progreso material ha querido siempre buscar respuestas en su interior a la eterna incógnita: quienes somos, de donde venimos, a donde vamos. Veinte siglos de cristianismo no han conseguido desvelar este misterio. Múltiples civilizaciones anteriores también lo intentaron hasta que desaparecieron bajo el polvo de los siglos. El hombre ha construido innumerables vínculos con lo desconocido pretendiendo poseer la respuesta, manteniéndolo a sangre y fuego, dejando un reguero de millones de muertos, sosteniendo su convicción con el filo de la espada.

Pero el tiempo pasa y el misterio es tozudo en su inmutabilidad, hoy el hombre, como lo hiciera a la entrada de la cueva, sigue levantando la vista a las estrellas en busca de respuestas.

En este tiempo que nos ha tocado vivir, los ojos del ser humano pueden escudriñar mucho más lejos, adentrarse en la célula o en las profundidades del cosmos. Y cuanto más se explora, más se sumerge en lo desconocido, más incógnitas aparecen, más complicado y grandioso se muestra el misterio.

Puede que el hombre ayudado por la tecnología llegue algún día a encontrar una respuesta que hoy por hoy aún está lejos de materializarse. O puede que pasen siglos y el hombre siga buscando en la misma dirección o en otras diferentes, o puede que su destino sea el de desaparecer y pasar el testigo a otras formas de vida.

Sea como sea, es un milagro, un regalo inmenso el privilegio de vivir conscientes la fracción de tiempo que apuramos en este vasto universo.
29.02.08
San Francisco
J. L. Medina

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